sábado, 12 de agosto de 2017

Adiós Taiwán

Madre mía.
Me voy de Taiwán.

No os podéis imaginar lo que me cuestan estos días. Vaya llorar y reír.

Reloj no marques las horas. ... porque voy a enloquecer.

Hay tanta gente con la que me gustaría pasar unas horas hablando y dando las gracias y  NO ME QUEDA TIEMPO!


Cada día es una despedida. Y miras ahí a la cara de Angelín, que se ha convertido en tu hermano en estos años y se hace una pelota de cemento en la garganta que no puedes tragar.

Estos días he estado despidiéndome de los amigos más cercanos y hablamos de cuando nos conocimos, hacemos memoria de todo lo que ha pasado y las cosas que hemos hecho juntos. Es muy especial.

Creo que Taiwán fue la decisión más importante que he tomado en la vida. Y en estos casi tres años he vivido más que en 20 anteriores.

Cuando veo las fotos de la llegada, o paso delante de la primera casa en la que vivía me da la impresión de que han pasado siglos y yo era super pinina en todo lo que hacía, me hace sonreír.

La experiencia ha sido brutalmente intensa.

Es muy bonito ver cómo te vas haciendo tu espacio en otro país a tu manera .Me hace sentirme orgullosa de mi misma, especialmente con el idioma, porque es algo que ha llevado tiempo y esfuerzo y ahora ya te entienden.
En Taiwán he sido feliz. Es un lugar especial esta isla.

Y entonces ¿Por qué te marchas Chari?

Porque quiero avanzar.
Quiero crecer laboralmente.
Quiero trabajar en lo que me apasiona.
Y en casa me están esperando. Que ya vale, que llevan echándome de menos mucho y no puede ser.
Quiero estar en casa con mis padres y dormir la siesta con mi abuela y montar a caballo con las crías y dar una vuelta en moto con mi hermano y quedarme dormida con mi gata en el sofá.


Quiero darle una oportunidad a España.

Aunque no os voy a negar que me voy con el corazón un poco roto por la gente que dejo aquí.
Me revuelve las tripas el renacer otra vez. El folio en blanco. Los proyectos nuevos. Encontrar casa  en Madrid. Hacerte tu hueco, porque como Jesús me dijo en su día, a la Naturaleza no le gustan los cambios y tu hueco se ha tapado, la gente se ha acostumbrado a que no estés.
Me da un poco de vértigo volver. Vértigo por el cambio y por no saber  si volveré a acostumbrarme a España. Pero es un vértigo bueno, porque no es miedo,son nervios y también ilusión.

Sé que Taiwán ha merecido la pena.
Me llevo mucho dentro, en el corazón y en la cabeza. Y de todo lo que me llevo lo que más me gusta es que me he hecho más valiente.
Al final te das cuenta de que nunca pasa nada.
Los retos son una forma de renacer y obligarnos a estar vivos y mejorar.

Tengo un  proyecto que me encanta, varias ideas en la cabeza y muchas ganas de trabajar con el corazón. Quiero poner en práctica todo lo que me llevo de aquí. Continuar por una línea que he trazado desde Asia y seguir estudiando y aplicando el chino.

No me voy a poner triste, bueno, a lo mejor un poco pero lo justo, porque al final en el camino nos separamos y luego volvemos a encontrarnos en otro lugar.
 Una parte de mi se queda en esta isla.
 Una parte de mi vida que ha sido muy importante.

Gracias por todo mi gente, no os imagináis lo agradecida que me siento.
Cuánto amor he recibido. Cuántas lecciones, abrazos, charletas, risas, cuánta vida mi gente, cuánta energía buena me habéis dado.Espero que recordéis los momentos juntos y sonriáis como lo haré yo.
Y aunque esta semana ande como las maracas de atacada entre nerviosa y triste y contenta, aunque esté un poco rara y perdida, acordaros, acordaros de que  cuando esté en España y allá donde vaya tenéis una amiga que os espera con los brazos abiertos y seguramente con un buen Verdejo en la nevera. Tenéis una casa y tenéis a una rubia un poco loquina que os quiere.
Porque otra cosa no, pero en España estoy en mi salsa.

Hasta aquí el Blog, acabo como empecé.

Sed felices, y disfrutad del viaje, este viaje maravilloso que es la vida.


Ten siempre en tu mente a Ítaca.

La llegada allí es tu destino.

Pero no apresures tu viaje en absoluto.
Mejor que dure muchos años,
y ya anciano recales en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que te dé riquezas Ítaca.

Ítaca te dio el bello viaje.

Sin ella no habrías emprendido el camino.

Pero no tiene más que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó.

Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia,

comprenderás ya qué significan las Ítacas.