Al chino le voy cogiendo el tranquillo, es como una relación de pareja, a veces estás tan feliz y crees que lo comprendes todo y que por fin vas por el buen camino y sabes que es cuestión de tiempo, y otras veces parece que simplemente no puedes subir esa montaña a la pata coja.
No puedes.
Pero me encanta, es un idioma que me vicia. Me aprendo un caracter y pienso, qué chulo, pare un gorro de mexicano subido a una estantería. Y me lo aprendo.
Así que ahí estoy todos los días peleándome junto con laoshí, mi profe, que sabe lo que me esfuerzo (soy la que no suele entender ni tres pero trabajo como una china) .
Estuvo realmente bien y pudimos conocernos todos un poco más.
Esta gente es una campeona, no os imagináis el esfuerzo que hacen para estar aquí, para estudiar, para hacer lo que están haciendo, este chico de verde, el de la foto del grupo, tiene a su mujer y a sus hijos pequeños en Japón, y se ha venido a Taipei a estudiar y a la vez lleva un restaurante bastante potente. Gente grande de la que aprender, sí.
Somos un grupo realmente majo y nos echamos unas risas en clase junto a Laoshí, que poco a poco va pillando el humor occidental. Me gusta mucho mi clase, me suelo poner roja muchas veces pero bueno,ya me conocen y me quieren como soy, "María" ("RGHUUU MEEEEI...en chino),
El otro día fue día de temblores. No sé cómo explicar la sensación de que el ambiente está "raro", esa sensación de tormenta, de densidad, de humedad bestial con presión ... es como sentir que le está pasando algo a la tierra, no sé. Bueno, el caso es que estábamos en clase y se empezó a mover todo. Al principio fue una uehhhhh, que se mueve, mira tú, pero al ver que seguía y cada vez más (estamos en un piso séptimo) yo miré al edificio de enfrente que el la biblioteca y me entró un apichone que dije, "Pedrín que esto se va caer y estoy en un séptimo".
Laoshí nos dijo que nos metiésemos debajo de las mesas y bueno, yo pensé, estas mesas de primaria no nos van a proteger mucho, pero laoshí sabrá. Os dejo un vídeo, aunque ya había pasado... pero ahí estábamos debajo de las mesas.
Estas semanas han sido las de las emociones fuertes.

Desde spots de televisión hasta fotos, vídeos, diseño y castings, así que empecé con un Comercial en en el que tenía que hacer de "currante de oficina que cuando no la ve el jefe se pone a jugar a los videojuegos". Tooma ya.
Fue bastante marciano, 9 personas, nueve horas, un pedazo de plató que en mi vida lo ví. Mis compañeros eran variados al máximo, un mulato majísimo, un vietnamita, un pelirrojo, una señora de pelo corto castaño, y yo, que debía ser la rubia secretaria, actuando lo mismo, desde amateurs que no sabían por dónde andaban hasta un señor que lleva 30 años trabajando en cine y hace dos meses había trabajado (sorry) en un película con Stanley Kubrick . No puedo contar más porque no dejan hablar de la marca ni de nada, pero estuvo bien y me saqué un dinero, eso sí, llegué a casa a las cuatro de la mañana y a las seis me levanté para ir a clase, matada total, pero es lo que hay, el que algo quiere, ya tu sabes.
La parte fuerte de estos días es Rosa, mi Rosa. Llevaba un tiempo regular, le dolía la cadera, estaba preocupada, triste, agobiada, mi Rosina no estaba bien.
El domingo pasado quedamos. Me dijo "Yaaaa Pitiiii vamos a hacer algo, yo planeo". Quedamos en Taipei Main St. Un HORMIGUERO A TAMAÑO REAL, OS LO PROMETO, me dijo Ángel (lleva 9 años en Taipei)que hay un dicho que dice "quedamos en taipei Main Station, y así no nos encontramos".Pues eso, que no os encontramos.
La llamo, "¿Rosa esto quéee es? sabes que me oriento como el orto". Y me dice "sí piti, lo he hecho a propósito, para que te orientes".
"¿Aquí?????¿Quieres crearme un trauma?"
Por teléfono hablando: "A ver, ¿dónde estás?
"Aquí",
¿Qué ves??
Chinos

De qué de chinos?O me hago un selfie?
Nos encontramos, yo la quería matar, pero supe llegar a la puerta número 4.A Rosina le gusta ayudar, y lo consigue con sus cosas.
Rosa ¿qué hacemos aquí?

Hombre pues no, estamos en un subterráneo sin ventanas petao de gente y para tomar un helado.
Ya pero mira, ellos comen aquí, hasta en el suelo.
Ya Rosa, pero a mi me gusta el aire libre, y a ti también. Y nos empezamos a reír porque las dos sabemos que nos gusta el aire libre. Compramos el helado y salimos a la calle.
Nada más salir nos cayó un tormentón de la pera, pero nos dio igual y nos pusimos a andar bajo la lluvia muertas de risa con todos los

Este domingo pasado fue una tarde especial. Nos sentamos (como siempre) fuera del Seven Eleven (son una especie de cafeterías supermercados que están abiertas las 24 horas y tienen de todo), pues estuvimos allí, tranquilas hablando, yo escuchando esta vez y dejando fluir... Rosina no estaba bien.Y le noté que se quería ir a su casa, a la de verdad.
Ya a lo largo de la semana le dolía mucho la cadera y caminaba mal. Así que nos empezamos a preocupar bastante (Raulín, Angel y yo) y fuimos al médico. No le hicieron ningún caso y desde luego no mejoró, así que ese mismo día (el martes) me llamó desesperada y nos juntamos en una cafetería con Ángel.
Intentamos razonar y analizar la situación, si se ponía peor y no podía caminar no sabíamos qué hacer, no tenemos coche, no somos médicos, somo su seudo familia aquí y realmente estábamos preocupados. Así que salió todo solo.
Tenía que irse.
Y ella necesitaba escucharlo porque era lo que quería hacer.

Ese día me pilló mal, le dije que era lo correcto y que realmente no había opción.
Así que ese día lo hicimos polvo (porque se supone que se iba al siguiente).
Era surrealista,estábamos en la calle Ángel, el coreano (Jeff), Raúl y yo mirando para Rosa con cara de descoloque y pensando que se nos va mañana!
Al final se fue de sábado. Tuvimos más días para gestionarlo, para digerirlo, para hablar, para despedirnos.
No puedo explicaros lo que es Rosa para mi.
Es esa locura sana que hace que te partas de risa en
A veces te cabrea y vuelve a tener 23, y a veces te descoloca porque parece que tiene 70.
Rosa me equilibró la vida aquí. Se convirtió en mi amiga y mi familia y mi parte más cómoda.
Y de repente se iba.
Así que estuve regular estos días.
Gracias a Dios Ángel me da toda la fuerza del mundo y además siento una confianza con él que parece que nos conocemos del colegio. Porque simplemente todo fluye. Y Raulín me deja KO cuando hablamos de la vida y la perspectiva, y el camino y la soledad. Y luego toca la guitarra y sonríe y es como una cafetín caliente en invierno.
Y ayer se marchó.

La Caja de Música.
Hay un trocín de España en Taipei, y yo lo descubrí ayer.
Y después nos fuimos a Ximen, que es mi barrio favorito en Taipei, (es tipo Chueca en Madrid) nos tomamos unos vinos en una terraza, a una temperatura perfecta y tan agusto, que parecía el anuncio de Estrella Dam.
Angelín se fue a casa y Juanlo (un amigo colombiano muy risas) Raulín y yo nos volvimos en bici (aquí las hay por todas partes). Como sólo había dos Raúl me llevó atrás, vaya risa y vaya dolor de nalga a la vez.
La noche de ayer estuvo genial, dormí bien y sentí que Rosa va a estar bien y nosotros aquí también. Porque a veces hay que aceptar lo que la vida te da como un regalo, y lo que te quita también.
Quiero ir a Costa Rica, quiero ir a esa tierra de vida a visitar a mi Piti.
Pura Vida mi gente.
Ando muy liada (parece que es mi excusa eterna con todo el mundo pero es verdad) y tenía pendiente renovar el pasaporte. Me iba a acompañar el colombiano, Juanlo, pero al final no pudo y me lancé y dije, vete tú que lo encontrarás. En mi línea de cabrina loca busqué un poco por internet a ver dónde era el sitio y no lo encontraba así que pregunté. Total que voy al metro.
Hacía un calooorrr, que yo no paraba de sudar. Para más inri iba divina con una falda de tubo y unas cuñas de verano que tropiezo a la mínima. Pues allí melena la viento y con la gran sudada llego a la dirección. Yo voy teléfono en mano siguiendo la flecha de google maps, así que como tarde en la conexión a internet puedo estar dando vueltas a una rotonda de manera indefinida... que fue lo que me pasó.
Pues el sitio aquel no era, yo hablando como podía con el paisanín de seguridad. Que me dio un papel y me dijo," anda maja, a darte otro paseín". Pues otra vez pateada hasta el sitio, una sudada (ya con coleta) un dolor de pies, cruzo una manifestación, tropiezo por la mitad de la manifestación,colorada perdida, ya me estaba cagando en todo y llego al sitio. Miiiiil colas, un barullo, saca número, pero tú a que vienes, no tercer piso, ah espera que no es el tercero. Mamina, al final me dicen que tampoco es allí.
Zasca.
En toda la frente.
Me entró la risa idiota.
Tantas veces la gente debió pensar que me falta una patatina pal kilo, que ya me da igual.
Me limpié, me recompuse toda digna y llegué a la oficina.
Majísima la chica.
Renové el visado.
Pues eso, de este tipo, día sí día no.
Pero bueno, me tengo que ir, que quedé con el casero para que me de las llaves ahora.
Si venís ya tengo casa, y cuando vengáis ya me conoceré los mejores sitios, y creedme que la gente de la que me rodeo es canela fina.

Estos se parten porque dicen que un día me van a saludar y después de los dos besos caen muertos al suelo.
Lo que sí el martes tenemos un simulacro de guerra, por si nos invaden los Chinos, no puedes salir de casa en media hora, si sales multón de unos 800 eurazos. No sé qué van a hacer si me entero os cuento.
Estoy pendiente de hacer otro vídeo y me voy a apuntar a una historia de hacer Taichi con unos monjes, (que me dijeron que me tenía que equilibrar, estos lo pillan al vuelo), la doctrina se llama Pingshuai, (una liada de Rosa antes de irse), pero no os lo cuento, que como dice Coca mi abuela "amaneznos".
Buen día guap@s.
Cuidarse.
Muchos besos desde aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario